martes, 29 de marzo de 2011

VISITA A LA CUEVA PINTADA

El próximo jueves, 14 de abril, el segundo Ciclo visitará la Cueva Pintada y el Museo Antonio Padrón.

El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada se encuentra en la ciudad de Gáldar, al noroeste de la isla de Gran Canaria. En su interior, se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más representativos de Canarias. La cueva, descubierta en el siglo XIX, es un magnífico ejemplo de las representaciones artísticas de los antiguos aborígenes de Gran Canaria. Se trata de una cueva excavada sobre material volcánico, cuyas paredes están decoradas con motivos geométricos. También existen restos de casas, en cuyo interior, se han encontrado todo tipo de utensilios. El museo y parque arqueológico Cueva Pintada de Gáldar fue reabierto en el año 2006, tras más de 20 años de trabajos de recuperación del recinto. Si quieres saber más, pincha sobre la imagen.





Pintor, escultor, ceramista, compositor... Antonio Padrón Rodríguez nació, vivió y murió en Gáldar. En términos generales, su pintura puede situarse dentro del movimiento expresionista. Al expresionismo lo vincula su gusto por lo popular, la reelaboración que él hace en sus cuadros de las costumbres, los mitos y el folklore insular. Si quieres saber algo más, acerca del Museo dedicado a este artista grancanario, pincha sobre la imagen.


jueves, 24 de marzo de 2011

LANZAROTE: LA LEYENDA DE LA REINA ICO





Zonzamas reinaba en Lanzarote cuando llegó a la isla una embarcación española al mando de Martín Ruiz de Avendaño. Al ver la nave a distancia los isleños se aprestaron para el combate. Transcurrido el tiempo, Ruiz de Avendaño decidió ir a tierra en son de paz, llevando consigo un gran vestido que regaló al rey como muestra de amistad. Zonzamas aceptó el regalo y, en muestra de amistad, entregó al recién llegado ganado, leche, queso, pieles y conchas, invitándolo a descansar en su morada de Acatife. Allí eran esperados por la reina Fayna y sus hijos, Timanfaya y Guanareme. Como huésped de los reyes pasó Avendaño varios días en Mayantigo. Mas tarde retornó a su barco y partió.
A los nueve meses la reina Fayna dio a luz una niña de tez blanca y rubios cabellos, a la que puso por nombre Ico. El pueblo murmuraba y renegaba de la princesita y de su origen. Así transcurrió el tiempo, y la niña creció sana y hermosa al cuidado de Uga, su aya. Transcurrido el tiempo Zonzamas y Fayna murieron. Los Guaires, reunidos en asamblea, proclamaron rey a Timanfaya. Con el paso de las estaciones Ico se fue convirtiendo en una bella joven. Guanareme se enamoró de ella y acabó por hacerla su esposa. Tiempos después otras naves vizcaínas y sevillanas llegaron a las costas de Lanzarote en busca de esclavos. Los lanzaroteños se aprestaron para la defensa. En la lucha muchos isleños murieron, otros fueron hechos prisioneros y encadenados como esclavos para ser vendidos en la Península. Entre estos últimos estuvo Timanfaya.
Desaparecido el rey, los guaires se reunieron otra vez para elegir nuevo soberano. Este debía de ser Guanareme, pero nadie osó pronunciar su nombre, pues si era elegido su esposa, Ico, debería ser reina y su nobleza, origen y sangre eran discutidos. Su piel y sus rubios cabellos recordaban demasiado la lejana llegada de Ruiz de Avendaño y si Ico no era hija de Zonzamas, no podía llevar la corona, así que tuvo que huir.

Deliberaron largamente los Guaires. Finalmente decidieron que, para llegar a la verdad, la princesa fuese sometida a la prueba del humo. Quedaría encerrada en una cueva acompañada de tres mujeres no nobles. Después se llenaría el aposento con un humo espeso y continuado; si la sangre de Ico no era noble, perecería como las otras mujeres. Si sobrevivía sería signo inequívoco de su nobleza. El día siguiente sería testigo de la prueba. Por la noche Uga, la niñera de Ico, la visitó con el pretexto de animarla, pero nada más quedar a solas, la vieja aya le dio una esponja a la princesa diciéndole que al llegar la hora de la prueba, la empapara de agua y la pusiera en su boca, con lo cual saldría viva de la cueva. Ico hizo caso. Cuando fue abierta la cavidad las tres mujeres villanas yacían muertas, mientras que ella salió con vida. En adelante, sus súbditos no dudaron de su nobleza.

EL HIERRO: LA LEYENDA DEL GAROÉ


LA LEYENDA DEL GAROÉ:


Cuentan las crónicas que en tiempos de la conquista hubo en la isla de Hero (Hierro), un árbol al que los naturales llamaban Garoé, y no conocían los estudiosos otro árbol similar en todo el archipiélago o tierra conocida. Este era capaz de destilar el agua de las brumas que llegaban a él, por sus grandes hojas, siendo esta recogida en unas oquedades hechas en el suelo por los bimbaches (antiguos herreños). No había más agua en Hero que la que destilaba el Garoé. Era por ello que los bimbaches adoraban a este árbol como si de un dios se tratase, velando siempre por su bienestar y seguridad. No obstante cuando vieron llegar a los conquistadores al puerto de Tecorone (hoy de "La Estaca" ) temieron por su propia libertad y reúnen en Tagoror a toda la isla, pues no era la primera vez que los barcos piratas llegaban a aquellas islas para diezmar a su población vendiéndola como esclavos en países allende el mar. En dicha asamblea se llega a la resolución de que se deben cubrir las copas del Garoé para que no sea descubierto por los extranjeros, ya que de no encontrar agua posiblemente se fueran, abandonando la empresa de conquistar la isla.

Todo se hizo según lo acordado, y habiendo guardado reservas de agua lo suficientemente importantes como para no volver al Garoé en varias semanas e imponiendo la horca a quien revelase tan preciado secreto, vieron como la expedición franco-española de Maciot Bethencourt comenzaba a sufrir las penalidades de la sed. Fue entonces cuando una aborigen, Agarfa, se enamoró de un joven andaluz de dicha expedición, y dejándose llevar por el amor que le profesaba reveló el valioso secreto del Garoé sin pensar que con ello estaba condenando a todo su pueblo a perder la libertad. Estando Maciot al tanto de la buena nueva, sabía que la conquista de la isla estaba próxima. Por contra los bimbaches, viendo como su árbol sagrado estaba en manos extrañas decidieron ajusticiar a Agarfa, secuestrándola del campamento extranjero en donde se encontraba, ahorcándola al alba del día siguiente.

Días más tarde Armiche ( Mencey, Rey de Hero ) rinde homenaje al conquistador Maciot de Bethencourt y al poco tiempo fue cautivo junto a sus más fieles vasallos, marchando con él, la libertad y majestad del último mencey de Hero.

martes, 22 de marzo de 2011